¿Qué diferencia hay entre laminado y parquet?
Los amantes del parquet adoran las propiedades térmicas de la madera auténtica, y les encanta tener un suelo cálido sobre el que caminar descalzos incluso en invierno. El parquet es otro tipo de suelo que se diferencia de los dos anteriores por su forma y colocación. El suelo laminado que podemos encontrar hoy en el mercado poco o nada tiene que ver con el de hace unas décadas. El parquet, en cambio, es mucho más complicado de instalar y requiere siempre la intervención de un profesional.
La diferencia entre el parquet flotante y el suelo laminado es muy amplia. Mientras que el «parquet» se refiere a un revestimiento de suelo hecho principalmente de madera maciza, el suelo laminado no está hecho de madera maciza, sino que es simplemente una imitación de la madera. El parquet encolado, por su parte, implica el encolado de todas las tablas al suelo, lo que hace que la instalación sea un poco más compleja. Sin embargo, la tarima de madera maciza puede rasparse y lijarse con más frecuencia que el parquet multicapa.
En el caso de instalar parquet en el baño o en la cocina, además de sellar las juntas entre las tablas durante la instalación, siempre es bueno evitar la acumulación de humedad y vapor, evitando el agua estancada en el suelo. Otra clasificación es la que atiende al tipo de instalación del parquet, ya que podemos encontrarnos en la situación de cómo instalar tarima flotante y, por otro lado, cómo se instala el parquet encolado. Por esta razón, caminar sobre un suelo de parquet no es como hacerlo sobre un suelo de cerámica o de hormigón, sino que se siente la elasticidad de la madera natural al pisarla. Algunos tipos de parquet requieren una instalación pegada al suelo, mientras que otros se ensamblan en lugar de pegarse.
Por lo tanto, en ningún momento debe confundirse el suelo laminado con el parquet, ya que las diferencias son más que evidentes. Términos como tarima flotante, suelo laminado, parquet encolado o flotante, macizo o multicapa, madera natural, etc. Hay suelos laminados que imitan el roble, el pino o el haya, pero también los hay que imitan el cuero, el mármol, la piedra, la pizarra, etc. Si hay algo que convence a mucha gente para elegir el laminado en lugar de la madera auténtica es el mantenimiento.
Pero estos dos revestimientos de suelos son muy diferentes, porque cada uno de ellos tiene sus propiedades particulares y se diferencian sobre todo en su colocación. La diferencia fundamental con el suelo laminado es que la tabla no se coloca directamente sobre el suelo, sino que se clava, atornilla o pega al suelo.